La
dietética tiene como objetivo principal establecer unos hábitos saludables de
alimentación que favorezcan el desarrollo de la actividad vital, evitando
trastornos metabólicos e intoxicaciones alimentarias. La dietética informa de
qué, cómo, cuánto y cuándo se debe comer.
Para
ello, es necesario conocer las características fisiológicas de cada individuo y
su correspondiente gasto energético, y así, establecer unas normas de
alimentación personalizadas que reciben el nombre de ración o dieta
alimenticia.
La
elaboración de una dieta alimenticia equilibrada debe cumplir las siguientes
exigencias dietéticas:
·
Equilibrar
el balance energético diario, es decir, debe suministrar una energía
equivalente al gasto energético diario del individuo, si éste se encuentra en
peso óptimo.
·
Diversificar
el origen de las calorías, combinando, en proporciones adecuadas, las distintas
sustancias energéticas.
·
Distribuir
la ingestión diaria de alimentos en cinco tomas no muy abundantes: desayuno,
almuerzo, comida, merienda y cena,
·
Realizar
un suministro proteínico adecuado, según la actividad biológica y la edad del
individuo
·
Cubrir
las necesidades vitamínicas, con la incorporación de alimentos vegetales
frescos.
·
Incorporar
fibra vegetal, facilitando el paso de los alimentos por el intestino.
Pero
además de una dieta equilibrada, para mantener el aparato digestivo en perfecto
estado, es necesario que diariamente se sigan una serie de normas y hábitos de
alimentación e higiene saludables, como por ejemplo, los siguientes:
1.
Asegurarse
de que los alimentos están en perfecto estado sanitario.
2.
Lavarse
las manos siempre antes de comer y preparar las comidas.
3.
Respetar
las horas de comida para evitar que el aparato digestivo trabaje continuamente.
4.
Masticar
despacio y facilitar los procesos digestivos que se van a producir.
5.
No
tomar comidas ni bebidas demasiado calientes ni demasiados frías.
6.
Consumir
fibra en cantidad suficiente favorece el movimiento intestinal permitiendo el
avance de los alimentos y la expulsión de los desechos.
7.
Evitar
bebidas alcohólicas, minimizan las posibilidades de deterioro de hígado y
páncreas.
8.
No
fumar.
9.
Cepillar
los dientes después de cada comida.
10. Acudir al dentista
una vez al año.
11. Hacer ejercicio
físico de manera habitual y moderada.
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