lunes, 5 de marzo de 2012

Prevención de enfermedades provocadas por malnutrición


Las enfermedades provocadas por malnutrición pueden serlo por carencia de determinados nutrientes o por exceso de alimentación.



Para prevenir la inanición es fundamental controlar regularmente el peso y en caso de pérdida continuada, solicitar consejo médico. Los niños desnutridos necesitan comer con frecuencia comidas ricas en determinados nutrientes.

Los principales síntomas de la inanición son la pérdida de peso, que puede llegar al 50% en adultos y más aún en niños, el adelgazamiento y la sequedad de la piel e incluso la caída del pelo.

La inanición va acompañada de deficiencias vitamínicas y de minerales. Cuando se produce una deficiencia de hierro, aparece la anemia que conlleva fatiga, la debilidad, etc. Para evitarla se aconseja comer alimentos ricos en hierro y, en el caso de necesidad, suministrar suplementos de hierro, como el caso de las mujeres embarazadas.

Para prevenir la falta de vitaminas en conveniente tomar alimentos ricos en ellas y, sólo cuando sea necesario, alimentos enriquecidos con vitaminas o proporciones suplementos vitamínicos. La ingesta habitual de frutas y verduras y hortalizas suele ser suficiente para mantener el nivel necesario de vitaminas que requiere el organismo.

Cuando hay un exceso de alimentación se consumes alimentos ricos en energía o se hace muy poco o ningún ejercicio, aparece el sobrepeso y, posteriormente, la obesidad. La mejor prevención es conocer las consecuencias negativas sobre la salud del sobrepeso y la obesidad, y la realización de ejercicio físico al menos tres veces por semana. Además, es interesante conocer:
·         Se aconseja comer: gran cantidad de frutas, verduras frescas y legumbres así como leche desnatada o descremada, carnes magras y pescado.
·         Se aconseja no comer: aquellos que son ricos en grasas y azúcares y las bebidas alcohólicas.







Cuando las personas ya tienen sobrepeso y obesidad, y desean perder peso, es importante recordar que el ejercicio físico es esencial, ya que ayuda a disminuir el riesgo de enfermar del corazón. Estas personas deben comer menos cantidad de alimentos, sobre todo alimentos ricos en energía y deben sustituirse la ingesta de bebidas carbonatadas y ricas en azúcares por agua, pero siempre bajo consejo médico.

Es más sano que una persona con sobrepeso u obesidad pierda peso gradualmente con una alimentación saludable y equilibrada, baja en energía, que mediante una dieta una dieta especial muy estricta.

Transtornos alimenticios


Anorexia:
Es un trastorno de la conducta alimenticio de la persona que conlleva una pérdida progresiva de peso provocada por el propio enfermo. Las personas afectadas pueden perder desde un 15 a un 50% de su peso.

El enfermo anoréxico se caracteriza por sentir un gran temor a aumentar de peso y por una percepción distorsionada y obsesiva de su propio cuerpo que le hace verse gordo aun cuando su peso se encuentra por debajo de lo recomendado.



Suele asociarse con alteraciones psicológicas graves que provocan cambios de comportamiento, de la conducta emocional derivados de situaciones como la propia obesidad del enfermo, separación de los padres, la muerte o enfermedad de un ser querido, etc. Hay factores socioculturales que pueden desencadenar la anorexia, es probable que una parte de la población que la sufre tenga una mayor predisposición física a ella.

Como síntomas patológicos señalables, la anorexia conlleva una pérdida significativa de peso que pronto se ve acompañada de problemas endocrinos evidentes, ausencia de ciclos menstruales consecutivos en las mujeres, estreñimiento, amenorrea, dolor abdominal, vómitos,
Constate sensación de frío, irritabilidad, depresión, trastornos emocionales o de la personalidad, disminución de masa ósea que, en edades tempranas, frena el ritmo de crecimiento, baja la presión arterial y arritmias que pueden derivar en un paro cardiaco.


Bulimia:
Es la incapacidad de dominar los impulsos que empujan a comer, pero unida a un sentimiento de culpa y vergüenza tras ingerir los alimentos: lo que conduce al ayuno, usar purgativos y provocarse vómitos para prevenir el aumento de peso. Los bulímicos tienen varios episodios de atracones y vómitos por semana.

En el origen de la bulimia parecen estar factores biológicos, psicológicos y sociales que alteran la visión que el enfermo tiene de sí mismo y le provocan un gran temor a engordar.

El enfermo de bulimia siempre se ve gordo aun cuando su peso sea normal, pero no puede reprimir sus ansias de comer. La bulimia se manifiesta tras haber realizado frecuentes dietas dañinas con una importante restricción de los alimentos; lo que le ha generado a un fuerte estado de ansiedad y una necesidad patológica de ingerir grandes cantidades de alimentos.



Los factores que inducen la bulimia son parecidos a los de la anorexia, trastornos afectivos en el seno familiar, el consumo de drogas, la obesidad, la diabetes mellitus, determinados rasgos de la personalidad y las ideas distorsionadas del propio cuerpo.

Y similares también son los síntomas: la debilidad, dolores de cabeza, problemas con los dientes, mareos, pérdida de cabello, irregularidades menstruales, deshidratación, colon irritable, pérdida de masa ósea, roturas gástricas, pancreatitis y arritmias que pueden desembocar en infartos; así como otros trastornos como la cleptomanía, el alcoholismo o la promiscuidad sexual.

Hábitos alimenticios saludables


La dietética tiene como objetivo principal establecer unos hábitos saludables de alimentación que favorezcan el desarrollo de la actividad vital, evitando trastornos metabólicos e intoxicaciones alimentarias. La dietética informa de qué, cómo, cuánto y cuándo se debe comer.
Para ello, es necesario conocer las características fisiológicas de cada individuo y su correspondiente gasto energético, y así, establecer unas normas de alimentación personalizadas que reciben el nombre de ración o dieta alimenticia.










La elaboración de una dieta alimenticia equilibrada debe cumplir las siguientes exigencias dietéticas:
·         Equilibrar el balance energético diario, es decir, debe suministrar una energía equivalente al gasto energético diario del individuo, si éste se encuentra en peso óptimo.
·         Diversificar el origen de las calorías, combinando, en proporciones adecuadas, las distintas sustancias energéticas.
·         Distribuir la ingestión diaria de alimentos en cinco tomas no muy abundantes: desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena,
·         Realizar un suministro proteínico adecuado, según la actividad biológica y la edad del individuo
·         Cubrir las necesidades vitamínicas, con la incorporación de alimentos vegetales frescos.
·         Incorporar fibra vegetal, facilitando el paso de los alimentos por el intestino.

Pero además de una dieta equilibrada, para mantener el aparato digestivo en perfecto estado, es necesario que diariamente se sigan una serie de normas y hábitos de alimentación e higiene saludables, como por ejemplo, los siguientes:
1.      Asegurarse de que los alimentos están en perfecto estado sanitario.
2.      Lavarse las manos siempre antes de comer y preparar las comidas.
3.      Respetar las horas de comida para evitar que el aparato digestivo trabaje continuamente.
4.      Masticar despacio y facilitar los procesos digestivos que se van a producir.
5.      No tomar comidas ni bebidas demasiado calientes ni demasiados frías.
6.      Consumir fibra en cantidad suficiente favorece el movimiento intestinal permitiendo el avance de los alimentos y la expulsión de los desechos.
7.      Evitar bebidas alcohólicas, minimizan las posibilidades de deterioro de hígado y páncreas.
8.      No fumar.
9.      Cepillar los dientes después de cada comida.
10.  Acudir al dentista una vez al año.
11.  Hacer ejercicio físico de manera habitual y moderada.




Principales enfermedades


Las principales enfermedades, por cuanto que se manifiestan con mayor frecuencia en el aparato digestivo, sobre todo en nuestro entorno son las siguientes:
·         Caries dental: alteración del esmalte y posteriormente del resto de la masa del diente causada por acción de las bacterias que viven en la boca, y encuentran su medio vital en los restos de los alimentos que en ella quedan.




·         Úlceras estomacales e intestinales: heridas originadas por la erosión de la mucosa gástrica o intestinal. Pueden ser causadas por sustancias irritantes como el alcohol, el tabaco, determinados alimentos o algunas bacterias, y favorecidas por la presencia de los jugos gástricos.







·         Diarreas: irritación de la mucosa del colon debido a infecciones bacterianas provocando un avance de la masa alimenticia muy rápido, sin tiempo para absorber el agua. Se producen muy frecuentes deposiciones líquidas.
·         Estreñimiento: absorción excesiva de agua y endurecimiento de las heces fecales por demora en el vaciado, debido a una baja movilidad intestinal provocada por una vida sedentaria o una pobre en fibra.
·         Apendicitis: inflamación del apéndice por retención de residuos en su interior y posterior actuación bacteriana.





 ·         Cirrosis hepática: degeneración del hígado por un excesivo consumo de alcohol o la acción de determinados microorganismos de carácter vírico.




 

Definicion & características


El aparato digestivo es el conjunto de órganos que tienen como función realizar la digestión,
es decir, el complejo proceso mediante el cual se produce la conversión de los alimentos en
sustancias aprovechables por las células llamadas nutrientes.







  1. Boca
2. Faringe
3. Esófago
4. Estómago
5. Hígado
6. Vesícula biliar
7. Páncreas
8. Duodeno
9. Yeyuno e íleon
10. Intestino grueso
11. Recto
12. Ano


El aparato digestivo es el conjunto de órganos que tienen como función realizar la digestión,
es decir, el complejo proceso mediante el cual se produce la conversión de los alimentos en
sustancias aprovechables por las células llamadas nutrientes.

Al introducir el alimento en la boca sufre distintas transformaciones: la primera es  una
trituración mecánica, realizada por los dientes, ayudados por la lengua: es la masticación.


Hay distintas clases de dientes:
·         Los 8 incisivos son planos y cortan el alimento.
·         Los 4 caninos son agudos y lo desgarran.
·         Los 8 premolares son robustos y trituran.
·         Los 12 molares presentan una gran superficie para triturar y machacar el alimento


 A lo largo de la vida, el ser humano presenta dos denticiones sucesivas, la primera es la dentición temporal o de leche, llamada así porque empieza a desarrollarse  cuando el niño todavía se alimenta de leche y dietas blandas, permanece durante los años de la infancia
y una segunda que a lo largo de los años sustituye a la anterior con mayor número de piezas,
coincide con la descrita arriba y conforma la dentición definitiva.







 La digestión bucal se completa con el proceso químico de la insalivación, mediante la cual
los alimentos triturados son movidos por la acción de los músculos masticadores de la lengua y se mezclan con la saliva, se disuelven algunas partículas y se facilita la formación del bolo alimenticio. La lengua tiene además otras funciones, que son deglutir, la percepción de los
sabores y articular los sonidos de la voz.

La saliva es el primero de los jugos digestivos que encuentra el alimento al entrar en el tubo digestivo. Es un liquido elaborado por tres pares de glándulas salivales formadas por bolsitas que constituyen un racimo como las uvas, y contienen enzimas digestivos. Uno de los componentes de los alimentos, el almidón, insoluble en agua, empieza a transformarse
en azúcar, que sí lo es, gracias a una enzima de la saliva, la denominada ptialina.

En la parte ínfero-posterior de la boca se abre la faringe, una encrucijada donde concurren la boca y las fosas nasales, así como la laringe, que forma parte del aparato respiratorio, y el esófago: un tubo de paredes lisas que une la faringe con el estómago.

El avance del bolo alimenticio por el esófago se realiza gracias a unos movimientos musculares involuntarios de la propia pared esofágica llamados movimientos peristálticos.
El estómago es una bolsa que tiene forma de fuelle de gaita, cuyo volumen aproximado es de litro y medio. Mientras que la entrada, o cardias, está siempre abierta, la salida, o píloro, se cierra mediante un esfínter que se abre sólo para dejar pasar el contenido estomacal. La pared del estómago contiene unas glándulas llamadas glándulas gástricas, que segregan el jugo gástrico, que actúa principalmente sobre las proteínas, descomponiéndolas en cuerpos más sencillos llamados péptidos.

Cuando el bolo alimenticio es mezclado con el jugo gástrico se forma una especie de papilla, el quimo, que pasa, a través del píloro, al intestino delgado.

El intestino delgado es un tubo de unos seis metros y medio de longitud y unos tres cm de diámetro. Se encuentra plegado varias veces sobre sí mismo y su pared interior está tapizada por numerosas vellosidades, pequeños pliegues erizados acabados en punta por cuyo interior discurren capilares sanguíneos, con el fin de aumentar la superficie de absorción. La capa interna alberga a las glándulas intestinales, que elaboran el jugo intestinal.

El intestino delgado se divide en tres tramos: duodeno, yeyuno e íleon. En el duodeno desembocan los productos elaborados por las glándulas anejas, el hígado y el páncreas. El hígado produce la bilis, que se acumula en una bolsita llamada vesícula biliar hasta que va a parar al duodeno y el páncreas  que produce, el jugo pancreático, además de la insulina.

La digestión intestinal se realiza por la acción de los jugos  intestinal y pancreático, que transforman los azúcares, las grasas y las proteínas, en moléculas sencillas. Por su parte, la bilis no transforma los alimentos, sino que posibilita  la emulsión de las grasas, para facilitar su absorción.

Después de la digestión intestinal, el quimo estomacal se transforma en el quilo.

Mediante la digestión se descomponen los alimentos en moléculas, capaces de atravesar la pared intestinal y pasar a la sangre. Este paso se conoce como absorción intestinal y se hace a través de las ya citadas vellosidades intestinales.

El intestino grueso se sitúa a continuación del delgado y separado por una válvula. Es de una longitud aproximada de metro y medio. Se divide en ciego, colon, recto y ano. El intestino grueso carece de glándulas digestivas. En él se realizan varias funciones, de las que las más significativas son:

·         La absorción de agua, motivo por el que los residuos de la digestión se van haciendo cada vez más sólidos hasta formar las heces fecales.
·         Se realizan también transformaciones químicas de la celulosa, un glúcido que no es digerido por el hombre.
·         Se produce la putrefacción de las proteínas que dan lugar a productos malolientes.